jueves, 8 de octubre de 2015

Una historia de implantes cocleares.

Una familia decide implantar bilateralmente a su hija, y como la sanidad pública no se lo realiza, decide pedir un prestamo a La Caixa, e implantar a la hija, por un centro privado. Por el implante (operación aparte) le cobran 23.000 € que, con un descuento del 10%, sube 21.528 €, incluyendo un kit pediatrico cuyos componentes cuestan 600 €, según tarifa.
Como la niña no usa el pediatrico, con el primer implante, la familia no lo quiere para el segundo y solicita que no se le entreguen estos componentes y no se le cobren en la factura. El proveedor se niega rotundamente aunque se aconpañe de un certificado del Centro Implantador apoyando el planteamiento de la familia.
Entonces la madre, resignada, dice que si le cobran los 600 € al menos le faciliten accesorios que pueda utilizar en el nuevo o en el otro implante (fundas, cables, etc), a lo que el proveedor se vuelve a negar categoricamente. Y en un arranque de "generosidad" le dicen que le "regalaran" 2 cables de 6 cm. de color café uno y de color marrón, el otro, de un valor de 246 €, pero que de los 600 €, que se olvide. Asi se obtienen premios de calidad, en el trato de los clientes
Y nos encontramos con una nueva historia de decisiones unilaterales de una casa comercial, en la que los usuarios tienen que tragar carros y carretas, sin ninguna posibilidad ni de quejarse. Juegan con nuestro derecho a oír.
La historia es real. Ayer nos llego el grito de angustia de esta familia pidiendo que denunciemos estas situaciones. Cosas como esta estan ocurriendo continuamente. El colectivo no tiene ninguna defensa delante de estos comportamientos, y asi seguiran mientras la empresa se crea impune e inatacable.
Alguna magia tendremos que hacer para librarnos de estas injusticias y prepotencias.

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