viernes, 2 de octubre de 2015

Juegos de niños: la integración al mundo exterior-Cuando hay problemas para integrarse.

Esta es una tarea de todos los adultos que los rodeamos, no solamente de los padres.
Es importante señalar que el juego en sí no garantiza la inclusión, ya que esto depende de las personas, y muchas veces, hay quienes no permiten que otro se sume a la actividad lúdica que està realizando. La integración de terceros – ya sea a través del juego como de otros mecanismos - siempre depende de nosotros mismos. Sin embargo, el juego ofrece oportunidades para reconocer al otro. Está en cada uno la capacidad de sentir la necesaria empatía como para aceptarlo.
También ocurre que en los grupos hay algún niño que no puede integrarse con el resto a la hora de jugar. Hay ocasiones en que se trata de timidez, en otras se debe a alguna discapacidad. En esos casos, los padres de los compañeritos pueden abrir una oportunidad a la integración, proponiendo que se les haga un espacio.
Y si se trata de un chiquito que tiene un problema específico, el objetivo es trabajar con la familia, para que sea ella la que intente el acercamiento y habilite que se conecten juntos con el deseo de jugar. En estos casos el foco es ir recuperando el goce que los adultos obtuvieron de niños mediante el juego, como un modo distinto y disfrutable de relacionarse.
La ignorancia y el prejuicio no permiten una buena integración, pero el conocimiento del otro y la aceptación de sus posibilidades “abren la puerta para ir a jugar”.
El juego se desarrolla desde esa capacidad lúdica que todos tenemos, tanto los niños como los adultos.

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