sábado, 26 de septiembre de 2015

Educar con calma y de manera individual



Son cambios que todos queremos realizar con nuestros hijos de la forma menos invasiva y menos traumática para ellos, pero nos cuesta saber cómo hacerlo adecuadamente y sin causar grandes desajustes en el niño. 


 Lo que yo siempre explico en cada post, es que lo que le puede servir a una familia, puede que a otros no les beneficie e incluso les perjudique. 
Y es que nada es blanco o negro en la crianza ni en el desarrollo evolutivo del niño. Cada cual es un mundo y hay que saber conectar con nuestro hijo y detectar lo que mejor le venga a él y no al resto de niños de su edad.
La presión del entorno puede hacernos tomar decisiones erróneas que no se ajustan a nuestro modo de crianza ni a nuestra manera de educar a nuestros hijos y lo más importante, que quizás no se ajuste a nuestro hijo. 
Por ello, debemos valorar la escala de grises que existe en toda la información que recibimos. 
Es importante reconocer ese aspecto de madurez del niño para cada proceso nuevo, ajustándonos realmente a nuestro hijo y no a una edad orientativa para realizar algo.
También tener información de diferentes fuentes nos hace poder escoger lo que más se ajusta a nosotros y lo que nos parece más adecuado para nuestra estructura familiar. El conocimiento y la información nos da la posibilidad de elegir con criterio y razonar nuestra elección.  Dicho esto, todos sabemos que el desarrollo del niño varía según cada uno. Los ítems del desarrollo son simplemente una orientación para saber en torno a qué edades están capacitados para realizar los niños ciertos objetivos, aunque siempre hay algunos peques que los realizan antes que otros y puede que encontremos que hay un niño que aprende a quitarse el pañal antes de lo habitual pero en cambio empezó a hablar más despacio que la mayoría. 
Por eso no debemos presionar o anticipar a los niños a realizar un cambio o un proceso para el que no muestran estar preparados, ya que la presión, la ansiedad y el nerviosismo que tenemos se lo transmitimos al niño y retrasamos la adquisición de nuevos conocimientos de manera natural.
Debemos dejar que la naturaleza siga su curso y los peques tengan a su alcance los medios necesarios para madurar y adquirir nuevos conocimientos.
Proveyendo al peque de lo necesario para cada nuevo conocimiento, será capaz de llegar muy lejos por sí mismo y de enseñarnos lo magnífica y fantástica que es la infancia.

Podemos llegar a sorprendernos cada día de lo que son capaces de hacer nuestros hijos dejándoles espacio y respetando sus tiempos de desarrollo.
En la infancia como en la vida en general, no todo es blanco o negro, sino que mezclar ambos tonos nos hará sacar lo mejor de cada momento y lo mejor de nuestros hijos. 

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